INÉDITOS: NARCISO EGÓEZ vol 1

Transcribo de memoria lo que leí en un poemario de Narciso Egóez (ahora no recuerdo el título), un escritor androide de principios de siglo XXI afincado en las Islas Orcadas:
" Me manifiesto contra mí mismo,
contra mi brazo derecho por dominar el 90% de mis actos y contra el izquierdo por dejarse llevar
Contra la vejiga urinaria que se vacía por la autoridad del sistema nervioso autónomo (un oxímoron biológico) y es incapaz de transformarse en un alambique que convierta la urea en petróleo
Contra mi lóbulo temporal izquierdo, que procesa en castellano y escribe en catalán o inglés o incluso en francés y algunas palabras en bable o español
Contra mi cuerpo calloso por interconectar señales contradictorias del exterior y darles una forma y un contenido lógico, cuando sabemos que, el mundo físico es un artefacto del mecano evolucionista y no es teleológico, aunque las religiones y algunas cátedras universitarias se cimenten en performances inversas
Contra la próstata, porque me dará problemas (y además, quién me la puso ahí si yo no le dí permiso)
Contra el apéndice, por ser como es, un puñetero. En una orquesta sería el que toca los platillos a destiempo
Contra el tiroides, por no fabricar el suficiente yodo para montar una empresa de contrastes radiológicos
Contra los oncogenes, por farsantes y espías
Contra las válvulas cardíacas por ruidosas y contra los pulmones por lo contrario
Me manifiesto contra las bifurcaciones arteriales, por promover la formación de placas de ateroma, y que si no corro 10 kilómetros cada día o como fitatos seguirán creciendo (malditos cambios de sentido)
Pero sobretodo y por encima de cualquier cosa, me manifiesto contra el intercambio de iones celular, por anarquista, que abren sus compuertas sin que yo sea consciente, que realizan el cambalache electrolítico sin permiso y que han hecho subir las acciones de Aquarius a costa de la pérdida de sal "

PD: Narciso Egóez tiene trece manifiestos más sobre su anatomía, divididos por regiones. Toda su obra gira alrededor de sus vísceras y universo molecular. Ya iré colgando textos según me vaya enviando por correo electrónico. En realidad Chicho, como le llamámos los amigos, no ha visto nunca la cabecera de Expediente X, aquélla que dice: la verdad está ahí fuera, aunque creo que todavía no ha llegado el momento de decírselo.