dilluns, 21 d’abril del 2008

NORTHERN EXPOSURE TUNEADA vol 5


Trabajaba en una librería de requilias literarias, libros antiguos, delicatessen para buenos lectores, un negocio condenado a la ruina en estos tiempos de la electrónica. Ya sabía que no iba a funcionar económicamente, no hacía falta que mis amigos insistieran en esa idea, pero debía cumplir mi obsesión hasta el final.Y hay que decirlo todo, el final tardó en llegar más tiempo del que yo creía. Además, estaba el entierro reciente de mi padre, y mi pasión hacía meses que estaba ya en un segundo plano. Una enfermedad crónica, como dicen los diarios cuando se refieren al cáncer, se lo había llevado a la otra dimensión de forma lenta pero progresiva. Al principio leí mucho sobre ella, me informé de las últimas novedades sobre las opciones terapéuticas, incluso hicimos un viaje a la otra punta del país, Houston, que al parecer es el Lourdes oncológico del mundo, especialmente de folclóricas hispanas que apuran su fortuna para evitar reunirse con el que han estado invocando todo el tiempo a través de sus canciones y de su público. El hecho es que la enfermedad se alargó un par de meses más, tal vez, no lo puedo cuantificar. Poco antes de morir en su casa de Brooklyn, me confesó que tenía un hermano, fruto de su relación con una violinista de la sinfónica de Viena. Nos habíamos criado en mundos paralelos sin saber la existencia el uno del otro, yo crecí con mi padre y con los Knicks, mi hermano Chris, estuvo viviendo de forma itinerante con su madre, siguiéndola de ciudad en ciudad con la orquesta, hasta que decidió instalarse en un pueblecito de Alaska, Cicely, previo paso por la prisión del condado tras haber robado unos vinilos del Virgin Megastore. Mi padre me dijo que ésto era lo último que sabía, y que dudaba que su madre le hubiera informado de la existencia de un hermano. Así que en su lecho de muerte, entre sueros y morfina, mi padre me dijo ” Leonard, tienes que ir a verlo, encontrarlo y encontraros, tenéis mucho de lo que hablar, ahora mismo es el único trozo de ADN complementario que te queda, parte de tu historia está en él, los cuentos inclonclusos de tu vida están dibujados en sus vivencias. Visítale pronto y dile que yo también le quise, y que a veces, esta puta vida, todo lo jode”.
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