dimecres, 25 de març del 2009

METRICA MOVIE: MOJON N7. Prospecto en ciernes: Walk the line o cómprate un libro de Don DeLillo




Después de caminar otra tarde más por el centro de la ciudad, recorrer Cort, el Born y Jaume III con las mismas certezas inmediatas en la cabeza, de tomarse un café en un bar delante de la Seu y pensar que sería cojonudo que le alquilaran un trozo del Mirador, de recrearse en los minutos que pasa en medio de tanta gente desconocida y de seguir mirando atrás con estrépito, de luchar contra el polvo amarillo de marzo y agotar la sombra de sus zapatos contra las aceras, después de condenarse cientos de veces a la pena de hacer fotos a las papeleras y a los turistas con sandalias y helados de bola, de convencerse que nunca ha dado nada a cambio de sus múltiples defectos, después de hacer de albañil en Ca´n Picafort y de ingeniero de caminos en la vía de cintura dirección Andratx, de discutir el precio de la rendición de la soledad y aceptar una tregua llevando un pequeño espejo en su bolsillo de atrás, después de dejar de mirar al fin la ciudad, de olvidar, de alejarse, de perderse, de rechazar explicaciones y certezas de la duda, después de todo eso y más, de repetir constantemente un horario vital y sentir su piel como un miocardio encarnado en permanente contracción y relajación, sólo después de cientos y cientos de cosas y hábitos más, supo que la riera que desemboca en el puerto deportivo es en realidad una vía de drenaje del mar y que el Mediterráneo auténtico está en la Serra de Tramuntana, que el bus turístico es un transporte con los mismos maniquíes de siempre y que cuando alguno se estropea por el viento o la lluvia va al aeropuerto a repararlo o a cambiarlo por uno nuevo que llega en un avión de Air Berlin, que las ambulancias recogen voluntarios sanos para llevarlos a un parque de atracciones con enfermedades, que el litoral repleto de hoteles y apartamentos es un decorado de Hollywood como hay tantos otros, Benidorm, la Costa Brava o Marbella y que las playas vírgenes y los ancantilados escarpados y salvajes sin profanar están en California, junto a la población real que vive en los estudios de la Universal o de la Fox, las dos únicas villas habitadas del planeta, y por analogía, que Bollywood está en S´Arenal y S´Arenal en el Bombay que linda con la casa de Hawai de los hermanos Cano, que los taxis blancos los conducen los mismos taxistas de Barcelona o Nueva York y que aquí se tiñen la epidermis con ceniza de Ducados, que las ensaimadas son Big Macs aplanadas con azúcar y las fabrican en el mismo polígono en el que fabrican toda la comida, en un macropolígono que existe a 10 kilómetros de Ulan Bator, que Johnny Cash se perdió un día en Vilafranca de Bonany y se quedó a vivir allí con el pseudónimo de Tomeu Penya, que Iberia es lo mismo que Spanair o Air Europa o Alitalia, F18 limitados de potencia para no cargarse definitivamente la capa de ozono, que es la misma capa de Superman pero sin la S y descolorada.
Insisto, sólo después de aquella rutina y de miles y miles de cosas cotidianas más, de todo lo que se dio cuenta y deshizo, de romper los calendarios y las agendas, este personaje paró el tiempo en seco, se despojó de los días y de la suerte, de la muerte y de los meses, de mentiras, realidades, de ti y de mi, y en la cuerda floja, agarró con fuerza toda la deriva como si tal cosa.


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