diumenge, 22 de març del 2009

VOXEL DE ANATOMIA: el área de Broca de Nexus 6 está localizada en las alas de un avión de papel



Los días negros empiezan con una canción de Los Secretos y salen por el oeste, porque las cosas oscuras van a la inversa de cualquier magnetismo y por ende del giro de un vinilo. La mayoría de estos días suceden en barrios con balcones colgando sobre el carril derecho de una autovía y en aparcamientos de grandes almacenes en un día festivo. Lo sé porque pasé mi infancia en Ripollet y parte de mi adolescencia durmiendo en la garita del vigilante de El Corte Inglés que hay en la Plaça Catalunya de Barcelona. Los hombres conocen este hecho pero no se quieren dar cuenta.
En general los hombres no se quieren percatar de nada, ni de las mujeres, otra especie, ni de la realidad del cine, un invento que les ha deshilachado por dentro. No son conscientes del fango que moldea el sistema en el que viven hasta que por azar encuentran una casa vacía y las maletas fuera, o la muerte les percute con una familia sin padres ni hermanos, cuando tal vez para inundarse de verdad, bastaría con mirarnos a la cara.
La primera vez que yo, Nexus 6, fabriqué un avión de papel en un bar de pescadores, la televisión anunciaba el viaje de la sonda Kepler en busca de indicios de vida: las chapas de una caravana abandonada, un póster de Michael Jordan, la pintura del ford Gran Torino de Starsky y Hutch, trozos de hamburguesa digerida o fragmentos de un cepillo de dientes que pululan por Alfa Centauro. La sonda Kepler va a encontrar sus despojos, tesis doctorales de futuros paleoantropólogos, pero las calles del espacio están vacías. Y lo sé porque también he estado allí, doce veces, y su futuro son mis recuerdos.

Cansado del ruido de fondo televisivo y satisfecho con mi creación, lancé la papiroflexia a volar. Siete segundos de vuelo libre. Siete segundos tarde. Al caer al suelo, el proceso de neurolingüística se invirtió, algo para lo cual no estaba programado. Siete segundos tarde. El tiempo con mayúsculas. Siete segundos y veintiún gramos multiplicado por millares tarde.

[FASE 4. COMPETENCIA INCONSCIENTE: leo Los detectives salvajes de Bolaño y estrello un boeing contra la torre norte del World Trade Center
FASE 3. COMPETENCIA CONSCIENTE: la zona cero arde en mi cerebro
FASE 2: INCOMPETENCIA CONSCIENTE: en la cadena de montaje no quedan corazones para mi

FASE 1: INCOMPETENCIA INCONSCIENTE: lanzo aviones de papel que golpean latas de Coca-Cola]

El camino extraño y tortuoso que lleva a los humanos a preguntarse por todo no hace más que alejarlos de cualquier respuesta.


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